Los matices que aportan al paladar el tándem dulce y salado en los platos por el contraste y equilibrio de sabores es una apuesta ganadora en las minutas, pero no todo vale en la mezcla.
En cocina hay combinaciones ganadoras que nunca defraudan. A pesar de que muchos piensan que la combinación de dulce y salado en la gastronomía es una tendencia innovadora, nada más lejos de la realidad. La mezcla del dulce con el salado siempre ha funcionado bien. Viene de una técnica de tradición muy antigua procedente de la cocina de los pueblos árabes, de los romanos y también esta combinación está muy implantada desde hace miles de años en la cultura gastronómica oriental.
Lo cierto es que la cocina ha evolucionado a lo largo de los siglos gracias a las mezclas de ingredientes que aportan sus diferentes contrastes y matices para equilibrar recetas y sorprender al comensal.
Debemos eliminar de nuestro pensamiento el asociar salado y dulce como opuestos, ya que en realidad lo contrario de dulce es amargo, y de salado, soso. Es importante resaltar que dulce y salado son únicamente dos de los cinco sabores primarios que, junto al ácido, al agrio y al umami, conforman la paleta gustativa. Así, el dulce y el salado son dos cualidades de los alimentos que bien combinadas pueden darán una gran receta.
En la actualidad, gracias a la internacionalización de las recetas, los alimentos dulces que servían como simple acompañamiento de los salados, se han convertido en grandes protagonistas del plato. Por desgracia, no todas las combinaciones pueden ser aciertos. Para llegar a un equilibrio sensorial que se disfrute en el paladar os damos algunas combinaciones ganadoras:
Nunca antes la cocina ha vivido un momento tan efervescente como el actual en todos los sentidos. En España esta técnica allá por el siglo XVII unió a dos de los alimentos más representativos de nuestra cultura gastronómica en un plato dulce y salado con muchos seguidores: el melón con jamón.
La realidad es que hoy existen numerosas recetas que combinan lo dulce y lo salado con resultados excelentes. ¿Y cómo unimos el marisco a esta tendencia que arrastra siglos de antigüedad? Es posible y en bocadillo, además. Los famosos Lobster Rolls de los estados costeros de EEUU se han ido versionando y del pan de perrito y la langosta podemos pasar a un riquísimo pan de brioche relleno de cigalas o langostinos con una salsa que mezcla el dulce y el salado gracias a la mayonesa de kimchi.
En definitiva, todo es cuestión de pensar el tipo de combinación de dulce y salado que puede funcionar, aunque parezca imposible, y dejar rienda suelta a la creatividad bien ejecutada.
¿Qué platos preparáis vosotros con esta combinación? Cuéntanoslo a través del formulario.