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Otros mariscos y crustáceos

Los mariscos son un tipo de animales que engloba muchas especies, una de ellas, los crustáceos. Sin embargo, los moluscos (como los camarones, los mejillones o los chipirones entre otros) y algunos otros animales marinos también se engloban dentro de esta gran familia. Los crustáceos (del latín Crustacea) son una categoría más del numeroso y diverso reino de los artrópodos, que a su vez, está dentro una familia animal mayor, los mariscos. Dentro de esta categoría de los crustáceos, encontramos también una enorme y diversa variedad de grupos de animales. Son animales de agua. Independientemente de si se trata de agua marina, del agua salobre o del mismo agua dulce. Todos los crustáceos tienen en común que su cuerpo es un caparazón, que es necesario para el correcto desarrollo funcional del animal y también sirve como barrera de protección contra todo lo que le rodea. Se clasifican en dos grupos: Crustáceos de cuerpo alargado. Aquí encontraríamos a las cigalas, a las gambas o a los langostinos entre otros. Crustáceos de cuerpo corto. Aquí encontraríamos a los cangrejos, a los bueys de mar o a los centollos entre otros. Los crustáceos se capturan en diferentes localizaciones que abarcan el mundo entero, cada especie presenta diferentes sensibilidades acordes con la zona en la que son capturados. Por ejemplo, los bogavantes se pescan sobre todo en América del Norte, mientras que las gambas suelen capturarse en el mediterráneo. Propiedades y beneficios El componente principal del marisco es el agua, teniendo en cuenta que todos los mariscos están compuestos en su mayoría por ella. Suelen tener una enorme cantidad de proteínas, unos 18 gramos de proteína por 100 gramos de pieza. Cierto es, que los nutrientes de los mariscos son más difíciles de digerir que los del pescado. Son fuente de minerales: fósforo, potasio, calcio, sodio, magnesio, hierro, yodo y cloro. La mayoría de los mariscos suelen tener una mayor concentración de ácidos grasos instaurados y por el contrario, un escaso nivel de ácidos grasos saturados. No suelen tener excesivos hidratos de carbono y las excepciones se producen solamente en los mejillones y en las ostras, que tienen mayor cantidad que el resto. Valores energéticos Los moluscos presentan un valor energético bajo, tienen poca cantidad de grasa. En los moluscos, por ejemplo, la cantidad de hidratos de carbono que pueden llegar a tener, no supera el 2% de su constitución, mientras que en los crustáceos, puede llegar a representar el 5% del ejemplar. No obstante bien es cierto, que el valor energético no se debe de medir con la pieza en vivo sin cocinar, las diferentes formas de elaboración aportan valores energéticos que no eran propios del producto antes de ser cocinado. Por ejemplo, unos mejillones cocidos no tienen el mismo aporte calórico que unos mejillones a la plancha o en salsa verde hecha con harina.

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